31 mayo 2006

Las conexiones latinoamericanas de PRISA

Llevo recomendando desde hace bastante tiempo el periódico Diagonal a mis cercanos. Es una alternativa (una ventana más desde la que mirar) a los medios tradicionales, y aporta una mirada diferente y novedosa a muchos temas que son tratados con desdén por los grandes medios o directamente son ocultados al gran público por motivos de índole empresarial y estratégico.

En su último número (es quincenal) da una interesante información sobre el emporio creado por Polanco allende los mares, en Latinoamérica, lo cuál explicaría las posiciones editoriales y el tratamiento de la información que El País y los demás brazos armados mediáticos del grupo están mostrando hacia todo lo que viene de Bolivia y Venezuela.

Para los perezosos que no se lo comprarán aquí pongo el enlace en PDF

http://www.diagonalperiodico.net/pdfs31/12y13diagonal31-web.pdf

29 mayo 2006

Compre usted medio kilo de miedo fresquito

Ahora llegan las oleadas de atracos. Objetivo: los adosados de la clase media acomodada de nuestro país. Pánico en los pitufos.

El año pasado fue la valla de Marruecos. La invasión inmigrante nunca cesa en nuestros medios. También es época de cayucos y naves nodrizas. Un amigo canario me cuenta que no vienen este año más que el pasado. Pero ahora llegan a Tenerife y no a Fuerteventura. No están acostumbrados.

¿Por qué separar ambos asuntos? Acebes se lo preguntó y se lo respondió a sí mismo. Puso su cerebro en marcha y además tuvo la amabilidad de compartir sus cavilaciones con los demás, pobres mortales que no nos atrevemos a decir lo que él proclama. ¡Cuánta valentía! ¡Cuánto atrevimiento! Sólo él es sincero y tiene los arrestos necesarios. Para él la cuestión está clara: la inmigración es el problema. Los putos inmigrantes se están cargando nuestro estado del bienestar. Han descubierto nuestras debilidades garantistas y se aprovechan de ello. Con la boca pequeña matiza: “no son todos los inmigrantes, son los que no vienen a trabajar”. Yo traduzco: “No son todos los inmigrantes, sólo aquéllos que no vienen dispuestos a arrastrarse limpiando nuestros suelos, o a trabajar sin descanso en la construcción, o en lo bares, o en el campo". Los sumisos y humillados no molestan. A éstos les dejamos quedarse, pero de momento que no vengan más, que se queden en sus países. Da igual que se mueran de hambre o de desilusión, que no se preocupen, que aguanten, que ya les llamaremos mediante cuotas laborales para que vengan a esclavizarse puntualmente, según nuestros antojo y nuestras necesidades.

No parece útil explicar que los que presuntamente cometen esos delitos de robos violentos son blancos centroeuropeos. Los que vienen en cayucos no tienen fuerzas para cometer muchos delitos. O simplemente no los cometen.

Pero da igual, primero se siembra y después se recoge. El Mundo recoge en portada que el 70% de los españoles considera que ya hay demasiados inmigrantes en el país. Demasiados...¿Alguien me puede explicar que es demasiados? ¿Sin que aparezca el inevitable cinismo conservador y egoísta?

Curioso el tratamiento informativo de los atracos. ¿Desde cuándo suceden? No importa, la gente lo comenta hoy con una confianza y una fe en lo que cuenta asombrosa. Hasta ayer no había nada. Hoy todos hablan de ello, como si fuera algo que estuviera sucediendo desde hace mucho tiempo (los medios...Orwell...). Pero lo cierto es que aparece, informativamente hablando, la semana pasada. De pronto todos los telediarios traen a sus portadas imágenes de personas dolientes, muy asustadas ante los ataques sufridos. El mensaje es claro. En dos direcciones. Por un lado el Estado y las fuerzas policiales no nos pueden proteger ante semejante avalancha. Consecuencia: caña al gobierno (que temeroso ante la demagogia y la alarma social responde de manera patética, aceptando las presiones). Por otro lado, la lectura de la supervivencia, estamos solos ante el problema. Consecuencia: Seguridad privada.

Y aquí esta el meollo del asunto. Los telediarios lo tuvieron fácil, ¡qué suerte y qué casualidad! Primero, entrevistas y narración de los horribles atracos y secuestros exprés; después, paseo por la feria del hogar que se celebraba nosedonde para que nos cuenten los expertos las últimas novedades en la protección de los hogares. Todos los informativos nos muestran, casualmente, lo último de lo último en seguridad: las habitaciones del pánico. Ponte un búnker en tu casa. Atrinchérate, defiéndete. Pero pocos llegarán a poder permitírselo, será el señuelo, la zanahoria para el burro: el que no pueda comprar su total seguridad pagará todo lo que pueda (y más) por todo tipo de artilugios inútiles. Aunque siempre soñando con más. Mayor control. Mayor seguridad. Nada mejor que incitar a comprar medio kilo de miedo para aplacar conciencias e ideologías. Para apagar principios y atenuar libertades.

Se les olvidó explicar como hacerse una habitación de ésas en un piso de 30 metros cuadrados, o de 70, o de 90....

Pero es un problema cojonudo. Reúne todo lo que es útil para ser noticioso. Es impactante, tiene superficiales derivaciones políticas y conllevará mayor gasto en un sector en alza en nuestro país. Además permite que los problemas reales y enquistados desaparezcan de nuevo: adiós por un tiempo al encarecimiento de la vivienda y al trabajo precario.

La casualidades informativas no existen. Pero la causalidad sí.

Depende de nosotros darnos cuenta o no.

22 mayo 2006

Naves silenciosas. Recomendada por Juanma

Parece que es el momento. Me dispongo a escribir sobre la tercera obra de mi tetralogía del horror cinematográfico de la ciencia ficción. En este caso se trata de una película de DouglasTrumbull, cuya trayectoria, tanto en el campo de los efectos especiales como en el de la dirección, ya comenté en el post sobre El Proyecto Brainstorm. Ahora analizaré la que fue su ópera prima, Naves silenciosas (1972). Sólo llegó a dirigir estas dos películas. Es comprensible. Si yo fuera productor y este hombre se acercara a mí para ofrecerme un proyecto con él como director, correría a invertir mi dinero en empresas filatélicas. Puestos a perder dinero, al menos no sería acusado por colaboración en el aburrimiento mortal de miles de espectadores.

Naves silenciosas me la recomendó mi hermano Juanma. Un borrón en su trayectoria como asesor cultural. No me puedo quejar, gracias a él descubrí a los quince años el mundo de Asimov, posteriormente me abrió las puertas de la literatura norteamericana del siglo XX (Miller, Chandler, Capote...) y también fue él el que me hizo sentir la curiosidad por descubrir el cine expresionista alemán de los años veinte. Un cine que ha significado mi mayor descubrimiento estético en los últimos años. Pero nadie es perfecto. Recuerdo el día que me comió la cabeza con la película: cenábamos unos platos de pulpo gallego cojonudo en un bar del centro de Sevilla (pagaba él, por supuesto) hará unos nueve o diez años. Esa misma noche me recomendó Planeta prohibido. Con ésa no falló, pero con ésta... Todos estos años tratando de encontrarla y cuando lo consigo...

Un día cualquiera, después de comer, Carol y yo nos sentamos a verla. Su argumento, resumido, nos plantea un futuro donde la fauna y la flora han desaparecido de la Tierra (que se ha convertido en un oasis de ladrillo y cemento, ideal para urbanitas y antiguos alérgicos); sólo quedan unos grandes bosques metidos en enormes cúpulas que están acopladas a naves que orbitan alrededor del planeta, refugio y última esperanza de que en algún momento la Tierra pueda volver a ser el vergel que fue. Sonaba bien, una parábola un tanto infantil (no aporta causas, ni motivos, ni da explicaciones del porqué se ha llegado a esta situación en el planeta y tampoco muestra imágenes de la superficie terrestre, ya que se desarrolla sólo en el espacio) que intenta alertar sobre los estragos y destrozos que la irresponsable acción del hombre está cometiendo sobre el planeta y su equilibrio natural. Pero el problema es que, de nuevo, otra vez, la bondad de un argumento se queda sólo en el resumen, porque su desarrollo es más bien patético.

El comienzo es demoledor, casi como una advertencia: primer plano de un caracol. Un puto caracol. Y mientras la cámara se va alejando de él, mostrándonos un vergel, arrancan las primeras notas de una canción setentera horrorosa cantada por el icono pacifista-ecologista de la época: Joan Baez. Ahí me tenía que haber plantado. Esta cosa hippiosa y pretendidamente profunda prometía, de repente, ser un muermo de cuidado. Pero decidí darle una oportunidad. Lógicamente, me equivoqué.

Porque claro, es importante aclarar que ese paseo matutino del caracol es lo que tiene más ritmo de la película. A partir de ahí, rápidamente, como si les faltara tiempo para todas las cosas que nos quieren contar, se nos presenta la dicotomía entre los tripulantes a cargo de la nave: mientras tres de ellos son un tanto irresponsables, pasan del bosque y lo que quieren es volver a la Tierra cuanto antes, el cuarto es una especie de eremita campero, un ermitaño naturalista, un pepedelarubita espacial, un urbanita converso y radical que se dedica a cuidar del bosque y sus animalitos con un cuidado reverencial, casí místico. Será el protagonista de la historia, pero desde su presentación, uno sólo piensa una cosa: este tío es un pirado. Pero está claro que el espectador no va a tener suerte tan pronto y no va a morir a manos de sus compañeros por imbécil. Y no porque no se lo merezca, sino porque el capullo del guionista está de su parte, de modo que cuando los que mandan deciden destruir la cápsulas con los bosques en una decisión que no se explica (¡para qué! Si está claro, primero mandamos los bosques al espacio con la pasta que eso debe suponer y después los destruimos sin razón aparente. En fin, seguro que eran contratas afines al Pentágono), nuestro Robin Hood ecologista se echa la manta a la cabeza, asesina a sus colegas que estaban dispuestos a cumplir las órdenes y después trata de desaparecer de los radares, con su nave y su bosque, detrás de los anillos de Saturno.

Ha pasado media hora de película. Media hora lenta, soporífera, donde no se consigue ninguna implicación con los personajes y sólo deseas que no vuelva a cantar Joan Baez porque excitará mis ganas de bombardear Vietnam. Hasta ahora hemos visto algunas conversaciones, interacciones entre los tripulantes, un partida de cartas, los asesinatos. Queda una hora de película, queda lo peor. Y todavía algunos frikis de internet califican a esta obra como pequeña obra maestra... Ufff.

El naturalista loco se empieza a sentir solo. Comienza así la lamentable humanización de unos robots en forma de tronco piramidal que sirven para el mantenimiento de la nave (en los cuales yo diría que se inspiró mas tarde Lucas para crear a R2D2). Lo dicho, el tipo se siente solo de manera que con ¡¡un soldador!! cambia algunas conexiones de los programas de control de los robots y así los dota de cualidades humanas. Lo que traducido al desarrollo de la historia significa que son capaces de operarlo de una herida grave y (lógicamente, se trata de algo muy importante) aprenden a jugar al póquer. La secuencia del pavo éste jugando a las cartas con los robots es grotesca, pretende por un lado hacer gracia y por otro hacernos reflexionar sobre la soledad del hombre en el espacio y la necesidad de compañía. Lo dicho, pretende. Lo que de verdad consigue es tan sólo inducir al vómito y sentir vergüenza ajena por el pobre actor que a esas alturas estaría maldiciendo a su agente por meterle en semejante embolado. Casi entran ganas de zapear para evitar observar su sufrimiento.

Y la cosa sigue. El eremita asesino da vueltas con un coche por la nave, de manera un poco enloquecida, recordando con culpa sus asesinatos. Porque claro, una cosa es que sea un ecologista radical (y se trate de una película denuncia y pro-naturaleza) y otra que el guionista (eran guionistas, uno de ellos Michael Cimino, ganador de todos los premios imaginables años después con El Cazador. Lo que hay que hacer para comer en época de vacas flacas) no recuerde que están en una producción americana y que si uno es un asesino a sangre fría, antes o después tendrá dilemas morales y terminará muriendo para expiar sus culpas. En uno de estos paseos exculpatorios y un tanto suicidas con el coche, llega a la zona del bosque y observa que todo él está semimuerto, casi sin vida.

Vamos, que el tío lo único que tenía que hacer era cuidar el puñetero bosque y encima es sorprendido por esta extraña enfermedad. ¡Qué tipo tan inútil! Nervios, tensión, el bosque se nos muere... ¿Qué hacemos? Debería sufrir un poco ante tremendo desastre natural, el último bosque, el fin de la naturaleza, pero lo cierto es que sólo pienso que a ver si el robot que queda (al otro lo atropella en una de sus carreras de coches por la nave) se transforma en Chuky y se lanza a por él, lo ata a un árbol y se lo carga a base de hacerle comer plantas y gusanos crudos. Pero no tengo suerte. El tío se devana y se devana los sesos, busca en libros intentando buscar explicaciones a la extraña enfermedad que aqueja a su bosque. Y mientras, además, recibe una llamada del mando que le comunica que lo han encontrado gracias a los radares y que en breve lo salvarán. Joder, pero él no quiere ser salvado, el quiere salvar y proteger al bosque... ¡Qué nervios!... Y Joan Baez que sigue cantando de vez en cuando, y el tipo que no encuentra la solución, y el robot que pasea por allí dando tumbos; hasta que por fin, cuando los rescatadores ya van a llegar a la nave le comentan algo por radio que le hace ver la luz: ¡¡se está alejando del Sol cada vez más y por tanto las plantas sin luz solar se están muriendo!!

¡¡Pero será zoquete!! ¡¡Será tarugo y obtuso el tío para no darse cuenta de que sin luz las plantas se mueren!! ¡¡Menudo botánico de pacotilla!! En fin, que el tío coloca unas lámparas halógenas en medio del bosque como sustituto solar (lo que vayan a durar las lámparas no lo sabemos, ni nos lo dicen), deja al cuidado del bosque al robot que queda útil y expulsa la cápsula con el bosque y su nuevo cuidador (debidamente reprogramado para sus nuevas funciones jardineras) al espacio, esperando que los que vienen a rescatarlo crean que también lo ha destruido. Después, ya en la nave, conecta cuatro o cinco bombas nucleares (no vaya a ser que una sea poca efectiva) y se suicida... ¿Final?

No hombre, no, si el director o el guionista yo creo que han montado toda esta batalla sólo para mostrarnos ese plano final de un robot cuidando amorosamente de un bosque que los humanos no han sabido valorar ni preservar. La moraleja es clara, para idiotas, pero para reforzarla aparece de nuevo la voz chirriante de Joan Baez para que todos mis nervios se pongan a cien. Sólo el recuerdo me está encabronando. ¡Qué coñazo de película! Está claro, termino de escribir esto y dejo el ordenador. Tengo una misión. Inducida subliminalmente por la película.

Me voy a cargar la pilistra, esa cosa de verdes hojas que invade mi salón. La voy a destrozar.

15 mayo 2006

¿Y Sevilla?

Más de 2000 personas en Madrid. Éramos pocos al principio pero a medida que la tarde avanzó se juntó más y más gente. Nos juntamos en Sol, anduvimos hasta el Congreso, bajamos a Neptuno, cortamos el tráfico hasta Cibeles y nos arrancamos hacia Gran Vía, camino de la Plaza de España.

Tal vez no parezca importante (por inútil) reivindicar una vivienda digna a un precio justo. Tal vez sólo sirva para desahogarse y gritar que estamos hasta los huevos de que la vivienda suponga más del 50% de muchos sueldos. Una protesta que igual se sabe débil porque se enfrenta a poderosas fuerzas económicas y sociales. Inútil y débil. O no.

Tal vez sea un presagio. Una señal.

Da igual que el tema sea personal o no lo sea, que particularmente te afecte o no; éste es un problema social, un drama repugnante del que somos testigos cada vez que un vergonzante sorteo, en un sucio polideportivo, de un mísero poblacho de mierda tiene lugar, y observamos cómo se llora histéricamente porque a la gente le toca pagar "sólo" quince millones de pesetas por un piso de protección oficial. Es algo que afecta a todos aunque todos decimos con la boca pequeña que es un problema, y por detrás arramplamos con los beneficios que el mercado nos otorga si tenemos la más mínima posiblidad.

En Sevilla las agencias dicen que se juntaron 75 personas en la Plaza Nueva. En una ciudad cuyas calles fueron ocupadas por una ingente multitud esta misma semana para celebrar un puto título de fútbol.

No critico la celebración. Ni el hecho de que el motivo sea el fútbol. Me encanta ese deporte. Pero es algo que pertenece y debe pertenecer al ámbito del ocio. No puede ser una religión. Sevilla peca de demasida religión. La ciudad sucumbe en primavera a una orgía de excesos místicos. Religioso y paganos.

Y el contraste es impactante. Demoledor: 75 personas.

Sevilla es una de las ciudades donde más se ha encarecido la vivienda en los últimos años. Un 21% según los penúltimos datos. Los sueldos no suben. Respecto al consumo están a niveles de 1997.

75 personas.

07 mayo 2006

Adiós

Se fue. El último suspiro de un genio. Da igual que aún pueda jugar el último partido de liga contra el Sevilla. O que disfrutemos de alguno de sus mágicos detalles en el Mundial. Hoy se despidió. De la que ha sido su casa durante los últimos cinco años. El Bernabeu en pie coreó su nombre. Con respeto y emoción. Hoy me la sudan los detractores del fútbol. Hoy no perderé el tiempo tratando de explicarles el porqué de la magia de este deporte. Hoy tampoco me importan los otros, los animales con los que he de compartir esta pasión. Hoy sólo me quedo con Zidane. Y Zidane, sin saberlo, está sólo conmigo. En mi cabeza, en mi memoria. Para siempre. Ese pedacito de arte nos abandona, nos dice adiós. Sin estridencias, con clase. Cinco años. Cinco años de regates, pases, goles, magia y controles... Esos controles... imposibles, acrobáticos, orientados, magníficos... Inolvidables.

Hoy se despidió un grande. Siempre podré decir que yo vi jugar a un tipo al que llamaban Zizou. Un tipo silencioso y tranquilo, casi un desconocido que dejaba hablar a sus pies por él. En el único sitio en el que queríamos escucharlo. Un tipo al que una noche ya lejana, allá por mayo del fatídico 2002 un tal Roberto Carlos envió una sandía elevada y sin peligro al borde del área grande. Desde allí Zidane observó un segundo ese balón que le venía desde el cielo, sin peligro, inofensivo. Tras ese segundo hizo un torsión imposible de su cuerpo, lo giró como si de un paso de baile se tratara mientras levantaba su espléndida zurda para contactar con el balón con potencia y furia. Convirtió la sandía en un obús que se introdujo a toda velocidad por la escuadra derecha de la portería contraria. Impresionante.

Un gol que mereció una Copa de Europa. Un gol que merece un recuerdo. Un gol que merece un genio.

Un genio que merece una despedida.

Adiós. Fue un placer.

04 mayo 2006

Proyecto Brainstorm. Recomendada por Danisev

Bueno, seguimos con la lista de los horrores. Esta "maravilla" del cine me la recomendó Danisev. Yo no la había visto nunca pero al conocer quien era el director y teniendo en cuenta que anteriormente Dani me había recomendado durante años joyitas setenteras muy interesantes como Soylent Green, decidí arriesgarme y recurrí al Emule para conseguir la película.

El director es Douglas Trumbull. Lo conocía por haber sido el responsable de los efectos especiales de 2001, una odisea del espacio. Su labor en esa película fue espectacular, convirtiéndose en claro referente del mundo de los efectos especiales, en algo así como el sucesor momentáneo de Ray Harrihausen. Precursor de la revolución que en ese campo emprendería años después George Lucas (de hecho hubo acercamientos que al final no terminaron en nada para que trabajara en Star Wars), participaría en los efectos especiales de éxitos de esa época como Encuentros en la tercera fase (que cada vez que me acerco un rato a ella me parece más y más aburrida) o Star Trek, la película, e incluso fue responsable de los efectos fotográficos de la magistral Blade Runner.

Pero como decía en un post anterior, el principio de Peter no es manejado con fluidez por estos tipos, de manera que Trumbull parece que se echó la manta a la cabeza y decidió pasarse a la dirección. Sólo le tengo contabilizadas dos obras. La primera, su ópera prima, pertenece a esta excelsa lista de cuatro filmes que estoy destripando (el tío las clava, dos de dos) y la otra es este Proyecto Brainstorm, estrenada en 1983. Sus intérpretes principales son Christopher Walken (que venía de ganar el óscar a mejor actor secundario por El cazador) y Natalie Wood (la entrañable Debbie, sobrina de Ethan en la legendaria Centauros del desierto, y que fallecería durante el rodaje de esta película de manera un tanto extraña).

La trama es atractiva: unos científicos (Walken y su colega femenina cuyo nombre no recuerdo) idean un dispositivo que es capaz de registrar y grabar la sensaciones físicas y emocionales de un individuo, siendo posible después, mediante una especie de casco, que otras personas sientan y disfruten esas mismas sensaciones como si fueran propias. Puede que esto suene bien, pero la película es un verdadero coñazo. Infinito. Aburre hasta hastío y más allá. Además, a medida que la vas viendo te la termina sudando todo lo que le pasa a los personajes. Y eso es una terrible lacra para una película. Los actores están pésimos (lo que confirma mi teoría sobre ellos), Christopher Walken deambula por la pantalla sin saber muy bien qué esta haciendo y si lo que hace tiene algún sentido. De hecho la cara de bobo que pone (demasiadas veces) me provocó unos sentimientos muy agresivos hacia él. Lo de Natalie Wood es de pena. Entristece que muriera durante el rodaje, pero desde un punto de vista estrictamente cinematográfico lo cierto es que no hubiera importado que dejara la película con anterioridad. Ambos forman una pareja que colabora en el desarrollo comercial del experimento; están casados, pero en proceso de divorcio. Consiguen con extraña rotundidad que te importe un carajo que se separen, que sigan juntos o que alguno se muera. Todo un logro, la verdad. Los pensamientos como espectador transitan a esas alturas entre el asombro por la terrible falta de ritmo y la sorpresa ante lo incapacidad de dar consistencia visual y argumental a la historia

Y uno se hace preguntas sobre la película: ¿para qué la van a hacer atractiva o entretenida? ¿O verosímil? ¿O lógica? ¿Para qué? El director prefiere deleitarnos con multitud de imágenes de prados verdes y hermosos riachuelos en una demostración que hacen a los jefazos de la empresa, a los que muestran un viaje en globo o helicóptero que, mediante el casco, sienten como si ellos mismos lo hicieran. Y así, con imágenes de bucólicos valles tomadas desde el aire, pasan más de cinco minutos de la película. Uno se desentiende de la historia y cree que en cualquier momento va a salir Ramón Sampedro en alguno de sus viajes oníricos. Y la cosa no mejora. La historia raya el surrealismo cuando a un amigo del protagonista no se le ocurre otra cosa que hacerse pasar a través del casco la sensación de placer de un orgasmo sentido y grabado por otro. Pero no un ratito, no, sino durante horas. Lógico, el tío termina fatal de lo suyo y se tiene que jubilar. ¿Que qué tiene que ver esto con la trama? ¡Y yo que sé, yo a estas alturas ya alucinaba! La compañera del proyecto mientras, sufre un ataque al corazón y... ¿qué se le ocurre? Pues lo más normal del mundo: grabar lo que siente mientras se muere. Cojonudo, vamos. ¿Para qué coño va a intentar salvarse o llamar a alguien? Qué va, se enchufa el casco y ya está, ya tenemos la cinta de la muerte. Y nunca mejor dicho, porque esa cinta se convierte en el eje del resto de la película. Los militares (tan malos y torpes como siempre) la quieren como arma de destrucción masiva y el payaso que interpreta Walken la quiere recuperar para sentir lo que su amiga sintió al morir y todo ese rollo de ver que hay más allá de la muerte y todo eso.

Claro el problema es que un mcguffin como ése podría ser utilizado para hacer una intriga entretenida y que contuviera alguna reflexión interesante. Pero lo que se consigue es una búsqueda de la puñetera cinta que te va importando cada vez menos, que se cuenta de manera confusa, soporífera y con un ritmo terriblemente monótono. Claro, como uno se aburre se empieza a hacer todo tipo de preguntas idiotas sobre lo que ve (entre ellas... ¿por qué coño no apago el DVD?): ¿Por qué es tan importante para los militares la cintita? ¿No pueden ir a cualquier penal donde haya un condenado a muerte y ponerle el dichoso aparato ése y grabar cómo muere? ¿Y para Walken? Si ya es un fracasado, si su proyecto se va a militarizar sin que pueda hacer nada, ¿qué más le da? ¿Por qué cojones le es tan importante recuperarla? ¿Como muestra de respeto a su amiga? ¡¡Pero si nos da igual!!

Y la mejor pregunta de todas, la que uno se hace cuando ve ese final pretendidamente emotivo que te arrastra al vómito, cuando Natalie Wood le llama desde la vida para que no se deje arrastrar por las sensaciones de muerte que está sintiendo al enchufarse a la cinta (ya sabéis si siente la muerte, se muere, como en Matrix) es ésa que le hice a Carolina, que "disfrutaba" enormemente conmigo: Oye, ¿a ti... te importa un carajo que la palme?

En fin. A pesar de todo (tengo que decirlo), esta peli es mejor que la ópera prima del director. La siguiente de mi lista... imaginaos...

Seguiremos machacando.

03 mayo 2006

Frente a la manipulación y la demagogia

"El populismo socialista que encarnan estos líderes se articula sobre la base de un falso registro solidario: el desarrollo endógeno y el rechazo al capital extranjero puede seducir a los más desfavorecidos y desesperados pero lejos de sembrar las bases para un desarrollo real, tangible e inaplazable, esta política reaccionaria va a excluir a esos pueblos latinoamericanos de las oportunidades del progreso"

"La nacionalización de los hidrocarburos bolivianos confirma que bajo el jersey de cordero de Evo se esconde un político que no duda en echar mano del ejército para confiscar tierras, romper contratos y empujar a su pueblo al delirio revolucionario que solo conduce a más pobreza para los pobres y más poder para los revolucionarios. Evo es el alumno de esa escuela de calor de Hugo y Fidel"

Jorge Moragas. Diputado del PP. Secretario de Relaciones Internacionales de dicho partido. Extraído de su blog en Periodista Digital

"No por largamente barruntado el control absoluto de los hidracarburos decretado ayer por Evo Morales resulta menos preocupante (...) Con esta nacionalización (...) Bolivia pone en juego la credibilidad de sus garantías juridicas"

"El de la inversión extranjera no puede ser un juego de suma cero en que lo que uno gana(en este caso el Estado) lo pierde otro (las empresas)"

Editorial de El País

"El presidente de Bolivia y líder del llamado "Movimiento al Socialismo" acaba de hacer pública la nacionalización del sector de los hidrocarburos. Y no por previsible es menos preocupante. De la borrachera de demagogia –debidamente lubricada por el crudo venezolano– que está cebándose con Hispanoamérica no puede esperarse nada bueno. Venezuela es ya, de facto, una dictadura socialista y Bolivia está en camino, porque a nadie se le oculta que la libertad económica va indisolublemente unida a la libertad política."

Editorial de Libertad Digital


Estos son ejemplos de lo que nuestros diarios "independientes" exponen hoy ante lo que entienden como una deriva populista del presidente boliviano y un ataque frontal a una empresa nacional como Repsol YPF (pues eso es lo que hay detrás de esas críticas a la nacionalización de Evo Morales)

Frente a estas "informaciones" que aparecen en primera plana aquí dejo otras que nunca aparecerán en esas mismas portadas y editoriales:

"Bolivia es uno de los países más pobres de Latinoamérica. La pobreza afecta a la calidad de vida de la mayoría de su población y restringe el disfrute y el ejercicio de sus derechos humanos."

"Según el Mapa de la Pobreza 2002 con base en información del Censo del 2001, el 59 por ciento de una población de más de 8.274.325 personas es pobre y el 24,4 por ciento vive en estado de extrema pobreza. No obstante, muchos analistas sostienen que estas cifran deberían de ser mayores porque el ingreso y el empleo no se consideraron para realizar el cálculo."

"Bolivia ocupa el lugar 104 de un total de 174 países en el ranking de desarrollo humano."

"La pobreza afecta de manera distinta a los diferentes grupos humanos, según el género y el origen étnico. Los indígenas y campesinos y, entre ellos, las niñas, los niños, los jóvenes y las mujeres son los grupos más afectados por la pobreza y la exclusión. Son los más vulnerables."

"Según datos de la Unidad de Análisis Político y Económico (UDAPE), en el año 2002 el porcentaje de población que vivía por debajo de la línea de la pobreza era de 81,99 por ciento en el área rural y de 53,94 por ciento en el área urbana."

Informe de Unicef

"El 20% mas p0bre de los bolivianos tiene una tasa de mortalidad más alta que Haití, Kenia, Nigeria y Camerún, pero el 20% más rico del pais tiene tasas comparables a las del mundo desarrollado (...) El 14,4% de la pobalción vive con menos de un dólar al día mientras que un 34,4% lo hace con dos dólares diarios."

Mariana Martínez. BBC mundo

Estas informaciones últimas, como se indica, son datos de antes de la llegada de Evo Morales, pero después, mucho después, de la llegada de las multinacionales petroleras al país. Debo ser un poco gilipollas pero no he observado en nada de lo que he leído o me ha contado gente que ha viajado allí, algo que me haga suponer que dejar el negocio de petróleo a las empresas haya beneficiado en algo a los indigenas bolivianos y al resto de la población perteneciente a clases no acomodadas.

Pero la alarma mundial llega ahora.

Un dato más:

"4/02/2006 El beneficio neto de REPSOL YPF aumenta un 29,2% y alcanza en 2005 el resultado histórico de 3.120 millones de euros

Crecen los resultados de todas las líneas de negocio, con un incremento del 69% en Refino

El cash flow se incrementa un 37,9% hasta los 6.500 millones de euros"

Datos tomado de la web de REPSOL.

Ciertamente. Esta noche no podré dormir. Me embarga una preocupación terrible por el destino de esta empresa.