28 abril 2010

El profesor que miraba fijamente a la gallina

Ayer El País nos ilustró de nuevo con uno de esos artículos melifluos en los que lentamente, mientras parece tan sólo informar sobre el fracaso educativo en nuestro país, va intentando inocular en el lector la posibilidad de soluciones "radicales" al problema. Entresaco algunas de las mejores y más "divertidas" ideas expresadas por los "expertos" consultados, para que su lectura ordenada nos lleve al meollo de la tesis. Dejo que sea el avispado lector el que note la transversalidad ideológica de las voces elegidas, y cómo consiguen sus ¿dispares? intereses confluir en una camino único que aboca a la educación obligatoria a un cambio de paradigma que la despoje de sus ambiciones humanistas y culturales y la transforme en un aparcadero infantil, un espacio temporal meramente preparatorio para el mercado laboral (con excepciones, claro, pero ya sabemos quién no podrá acceder a ellas) :

Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca deja caer: "Nuestro fracaso educativo nos cuesta en conjunto el triple que la crisis"

La Fundación Primero de Mayo, de CC OO propone imaginativas soluciones al problema: "acabar con la "rigidez" del sistema y ofrecer a los estudiantes con problemas alternativas al abandono o "la denostada e ineficaz repetición". A su juicio, si los recursos destinados a los repetidores se empleasen en clases de refuerzo, el sistema ahorraría y los alumnos mejorarían.

Enguita parece de acuerdo con eliminar la repetición de curso y lo argumenta (menos mal que los expertos nos iluminan): "En términos lógicos es una barbaridad que por no superar una parte menor de los objetivos se haya de repetir el 100%"

Juan Antonio Gómez Trinidad, diputado del PP aporta su granito de arena para no dejar puntada sin hilo, ni perder de vista el objetivo final de la educación a la que nos quieren abocar: "Todos los jóvenes deben saber expresarse correctamente, ser capaces de recurrir una multa y conocer sus derechos, una serie de destrezas básicas que serán más necesarias que los contenidos que hemos diseñado en el siglo XIX"

Y para terminar en un suelto nuestra querida ex ministra de Educación, Mercedes Cabrera procura que no olvidemos para qué sirve la educación y quién debe decidir sobre su futuro: "Tenemos la obligación de actuar para que el sistema educativo acompañe, o mejor dicho preceda y prepare el cambio social. Sin dramatismos, pero con constancia; escuchando a quienes son parte fundamental de él, a los profesores pero también a los estudiantes y a quienes desde fuera, desde la sociedad y el mundo de la empresa y el trabajo, tienen tanto que decir sobre qué debería ser la educación en el siglo XXI; evitando quiebras y vértigos al sistema educativo, pero sin ahorrar propuestas de renovación."

Pues esto es lo que hay. Nuestro presente educativo. Y la idea de un pacto educativo entre estas voces sólo puede provocar escalofríos. Como un amigo me comenta, ha llegado el momento de la emancipación social de la gallina. Así es señores. La gallina tiene el perfil necesario para ser nuestra próxima titulada de la ESO. No se rían. No se extrañen. No he enloquecido. Sólo piensen en ella: imagínensela, ahí, sentada en su silla, en el aula, tranquila, sin molestar. Según las programaciones de muchas asignaturas de la ESO ya tiene por lo menos tres puntos por comportamiento. Es cierto, a veces se pondrá pesada y cacareará sin control. No pasa nada, se le baja un poco la nota, pero no hay que preocuparse, con esfuerzo, constancia y por sus huevos (de gallina, se entiende) conseguirá el aprobado. ¿Que no lo consigue? Tampoco importa, se la pasa de curso para que no se estrese, porque ya sabemos que una gallina estresada no pone huevos y eso sería perjudicial para el desarrollo integral de su personalidad gallinácea. Tal vez no aprenda a recurrir multas (objetivo fundamental de la educación, como nuestro estimado político pepero nos ha mostrado) pero nuestra gallina tendrá un horizonte laboral claro, enriquecido por una formación pedagógica continua e integral, adaptada a sus necesidades, y mediante la cual podrá adquirir las destrezas y habilidades básicas que toda gallina requiere para sobrevivir en el difícil mundo del corral, sirviéndole para impedir que caiga rendida ante cualquier gallo fanfarrón que le haga ojitos. No. Nuestra gallina tendrá estudios, no querrá convertirse en una simple ama de casa y parir decenas de polluelos sin futuro que el Estado tenga que alimentar. No. Nuestra gallina accederá a un módulo de grado medio enfocado al mundo laboral y afín a sus intereses y capacidades (“Módulo de ponedora de huevos enriquecidos con proteínas ESO”), demostrando así al mundo la inutilidad de los contenidos diseñados en el siglo XIX y siendo todo un referente, casi un mito diría, una leyenda incluso, para los futuros estudiantes del siglo XXI.

20 abril 2010

Delirios de cafeína

Hoy en 20minutos una madre incapaz y con un problema irresoluble recurre al consultorio psicológico del periódico:

"Hola María Jesús, mi hija tiene 13 años y ya me dice que quiere tomar café después de las comidas, a mí me parece muy pronto. Creo también que me engaña cuando la pregunto si bebe por ahí. ¿Cómo puedo descubirlo, pero mejor, cómo puedo reconducirla para que no beba tan pronto? [...]"

Respuesta de la experta:

"Haces bien en estar atento a estos temas, pues el consumo de alcohol y sustancias estimulantes se ha disparado en los menores y muchos chicos y chicas con 13 años empiezan con sus primeras "hazañas". El café no está indicado para una niña de esa edad; [...]. En relación a si bebe o no, me temo que si quiere tomar café es más que posible que esté bebiendo [...]" (las negritas son mías)

"... si quiere tomar café es más que posible que esté bebiendo..." Y se te queda tan ancha. Yo siempre lo supe. La primera vez que pedí café a mi madre noté el miedo en sus ojos, pero también lo irremediable de la nueva situación. Quería probar el café. Iba a ser un alcohólico. Seguro. Si algún día tengo un hijo pequeño y me pide café sabré que ya está perdido. Futuro drogadicto. Junto al café le serviré un chupito de Jameson. Por lo menos que sea capaz de apreciar la calidad.

Desde esta mañana miro a mi alrededor con otros ojos, como si me hubiera colocado unas gafas con las que descubrir una realidad que estaba ante mí sin que yo lo notara. Estoy aterrorizado. Esta sociedad está repleta de peligrosos drogadictos bebedores de café. Se camuflan, quieren hacernos creer que tomar esa perniciosa infusión es natural, pero a mí ya no me pueden engañar, la psicóloga me ha hecho ver la luz. Nuestra civilización caerá consumida en una peligrosa espiral de autodestrucción. Todo comienza con el consumo de esa peligrosa droga de diseño: la cafeína. Probar el resto de drogas una vez probado el traicionero café es cuestión de tiempo.

Me acabo de levantar de la siesta. Me he tomado un café. Me siento nervioso. Tenso. Necesito algo más. He abierto la espita. Mi cuerpo me exige un whisky. O varios... ¡Maldito café!

08 abril 2010

Revelaciones

"¿Soy el único que desconfía de las películas galardonadas por el público en los festivales de cine? Cualquiera diría que los asistentes de a pie están empeñados en ejercer durante los certámentes como quitacolumnistas de lo que consumen a diario en las salas comerciales y la pequeña pantalla, distinguiendo a la postre casi sin excepción la película más pueril de entre las programadas."

Diego Salgado en Cahiers du Cinema a propósito
de la película Siempre hay tiempo de Ana Rosa Diego

La fina línea que separa la pedantería del análisis lúcido La asfixia de la coacción invisible, que exige respetar de manera acrítica y artificial, buscando la aquiescencia y la complicidad de la masa, que reivindica su mediocridad como canon rector, su ignorancia como derecho inalienable y su inviolable honra como elemento amenazador: cualquier ofensa será origen de linchamiento público (el conocimiento y la erudición como síntomas de enfermedad o frikismo, que deben llevarse en silencio, sin ostentanción y hasta con cierta vergüenza). Con su coro de intelectuales que asumen el signo de los tiempos y se postulan como tutores de la vulgaridad en nombre de una extraña democratización de las obras culturales. La visceralidad sincera cimentada en argumentos como máximo elemento perturbador, que a veces permite vislumbrar las sombras, intuir Matrix. El esnobismo como amenaza latente, siempre parcialmente presente, la otra cara de la moneda, tan difícil a veces de discernir.

Una crítica que estimula y se moja sin disparar desde una trinchera. Un soplo de aire fresco.

04 abril 2010

Miseria moral

A través de Europa Press el insigne coordinador general de IU, el señor Cayo Lara:

"El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, ha explicado que cuando vio la primera imagen del disidente cubano Guillermo Fariñas el día que éste anunció que iba a ponerse en huelga de hambre, "estaba tan delgado que parece que venía ya de cuarenta o cincuenta días en huelga de hambre". "Que se busque en la hemeroteca las fotografías que aparecieron de Fariñas", propuso en una entrevista con Europa Press."

No sé si lo que más asco me da es la indiferencia que manifiesta, lo molesto que parece que es para él tratar el asunto, la incapacidad del partido que representa para desligarse de las viejas consignas o saber que a esta gente llevo dándole mi voto muchos (demasiados) años ante el miserable, execrable e infecto panorama político nacional.